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Sector 7G

Latidos del tiempo

Latidos del tiempo A punto he estado de perderme la exposición 'Latidos del tiempo', de Gervasio Sánchez y Ricardo Calero. Ha estado más de un mes en el Palacio de la Lonja de Zaragoza y he tenido que esperar al penúltimo día para ir a verla, como siempre. Pero he ido y la he visto. Y ahora me arrepiento de haber ido tan tarde, porque si pudiera volvería a verla. Debería haber ido varias veces, no sólo para disfrutar del talento artístico de este tándem que han formado G.Sánchez y R.Calero, sino también como ejercicio de reflexión. Para remover los posos que se esconden en el fondo de la conciencia empujados por la apatía y la indiferencia que nos provoca este mundo cada vez más comunicado y cada vez más insensible. Recibir información es un acto pasivo. Nos sentamos delante de la caja tonta y dejamos que nos entre por los ojos un revuelto de imágenes: cuerpos mutilados en el último ataque en Oriente Medio mezclados con los goles de la estrella brasileña de turno, el funeral de la última víctima de la "violencia doméstica" junto al desfile de la pasarela Cibeles. Y lo mismo ocurre en la radio o en la prensa. Y si todo esto no lo procesamos y dejamos que nos entre, como digo, de forma pasiva, al final nos volvemos insensibles. La escenas que deberían provocarnos sensaciones profundas de indignación, de miedo, de alegría o de lo que sea, no provocan, en realidad, más que pequeños suspiros de resignación y comentarios del tipo: "Esta todo muy mal", "A dónde vamos a parar", "¿Qué hay de cena?".
Por eso es necesario que existan inciativas como esta. Por eso es necesario que alguien nos de una bofetada de vez en cuando (metafóricamente hablando, claro) y nos diga que esto es lo que hay, y que no puede seguir así, y que nos oblique a aceptar la parte de responsabilidad que nos corresponde. Que si hacemos poco o nada por remediarlo, por lo menos debemos tener la valentía de no mirar hacia otro lado.
Filosofadas aparte, la exposición es magnífica desde el punto de vista estético. Toma como base las fotografías que Gervasio Sánchez ha ido realizando a lo largo de su carrera como corresponsal de guerra, y se muestran en ocho espacios visuales donde se alternan proyecciones de diapositivas con composiciones artísticas y textos que tocan la fibra. Me quedo con uno de estos textos que creo que es de Federico Mayor Zaragoza:

Silencio de los silenciados, de los amordazados.
Silencio de la ignorancia. Terrible silencio.
Pero más terrible, hasta ser delito,
el silencio culpable de los silenciosos.
De los que pudiendo hablar, callan.
De los que sabiendo y debiendo hablar, no lo hacen.

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